
Amor, de Pablo Neruda

Amor, de Pablo Neruda
Amor, de Pablo Neruda
Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte
la leche de los senos como de un manantial,
por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte
en la risa de oro y la voz de cristal.
Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,
porque tu ser pasara sin pena al lado mío
y saliera en la estrofa -limpio de todo mal-.
Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría
amarte, amarte como nadie supo jamás!
Morir y todavía
amarte más.
Y todavía
amarte más
y más.
Será como nunca lo habíamos sidoPablo Neruda |
Será como nunca lo habíamos sido
Pablo Neruda
Algún día moriremos los dos,
lejos el uno del otro,
y ya nadie nos recordará.
Nadie.
Nadie recordará
nuestro tiempo juntos,
tan corto, tan eternamente corto, que
parece toda una vida.
Un día, nos iremos
y ¿quién se acordará de nosotros?
de nuestros primeros días,
de ti, de lo frágil y blanca que eras,
y de mí, que no hablar de eso es mejor?
Nadie.
Un día, eso es seguro,
ya no estaremos allí,
y ¿quién puede recordar
nuestro pequeño mundo juntos?
¿Tan caliente, pero tan frío,
tan ligero, pero tan difícil
de quitar?
Nadie.
Solo tú y yo, ahora, podemos recordar,
después de nosotros, nadie. Y será
como si nunca lo hubiéramos estado.