Después de la lluvia de la noche,
cuando se abre el amanecer como una flor,
puedes oler en Saigón el penetrante perfume
del jazmín oriental. Sube por los aires
a modo de enredadera, o pegado a las casas,
o en el centro del jardín. Inunda tus pulmones,
altera tu manera de mirar la realidad.
En un momento, no sabes dónde estás.
Lejos de la milenaria ciudad extrañarás
sus carritos de frutas, las púberes mujeres
con sus flores en la cabeza, los túneles
que semejan una araña debajo de la ciudad,
y el jazmín misterioso que te anonada
y no te deja pensar en el más allá.
Poema del libro Margarita de Saigón
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De mis manos brotarán amapolas rojas como la sangre así quizás mi poesía sea eterna MI POESÍA SOY YO FANNY JEM WONG LIMA - PERÚ