MÓNICA SÁNCHEZ POR MARCO MARTOS |
MÓNICA SÁNCHEZ POR MARCO MARTOS
Mira cómo Mónica Sánchez, en cualquiera de los lugares de Lima,
se desliza como patinando por aceras, plazas y avenidas,
debajo de los jaracarandás en Barranco, o en el centro del ágora pública,
reclamando los derechos de la multitud, de los tristes,
y de los que viven en el centro de la desdicha y nada dicen
porque creen que la vida es así, cúmulo de dolores y desconsuelos.
Observa cómo lleva su serena belleza en las comedias de los pobres y los ricos,
y no se inmuta con las pasiones que despierta en los actores
y mucho menos con las que sienten los miles que la observan
en el silencio religioso de las salas de cine, que la llaman
musa de la ternura, enérgica mujer, dueña de la hermosura,
luz de nuestros días, anuncio de lo bueno que tal vez llegue.
Es un privilegio haberla visto y seguirla viendo en las pantallas.
se desliza como patinando por aceras, plazas y avenidas,
debajo de los jaracarandás en Barranco, o en el centro del ágora pública,
reclamando los derechos de la multitud, de los tristes,
y de los que viven en el centro de la desdicha y nada dicen
porque creen que la vida es así, cúmulo de dolores y desconsuelos.
Observa cómo lleva su serena belleza en las comedias de los pobres y los ricos,
y no se inmuta con las pasiones que despierta en los actores
y mucho menos con las que sienten los miles que la observan
en el silencio religioso de las salas de cine, que la llaman
musa de la ternura, enérgica mujer, dueña de la hermosura,
luz de nuestros días, anuncio de lo bueno que tal vez llegue.
Es un privilegio haberla visto y seguirla viendo en las pantallas.
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De mis manos brotarán amapolas rojas como la sangre así quizás mi poesía sea eterna MI POESÍA SOY YO FANNY JEM WONG LIMA - PERÚ