lunes, enero 25, 2010

EN EL PUNTO EN QUE EL ALMA Y LA MENTE MUEREN POR FANNY JEM WONG





MOMENTOS
I
El Nacimiento: Llegas Indefenso
Pequeño milagro vienes al mundo, maravilla de vida
Eres arrojado como el navegante a las encrespadas olas
Llegas indefenso, débil, totalmente despojado y desnudo
Incapacitado para defenderte, ni tan solo por un segundo.
Llegas a una tierra de luces que aterran con gestos de pesar
Desprovisto de toda defensa, solo tienes por espada tu llanto
Naces, sin garantías de sobrevivencia, menos de felicidad
Llegas pequeño, necesitando el abrazo de una dulce mamá.
De un tierno pecho, cargado de mieles y leche caliente
Llegas subordinado a la suerte que te arroja a la luz y grita
Atraviesas corredores estrechos mientras, tu corazón revienta
Con dolor, con el intenso el dolor de quien te pare entre quejidos.
Naces sin saber que te depara la incertidumbre del destino
Si la cuna mullida y tibia, el beso amoroso en la frente
O si de repente serás la presa que destroce, una jauría de fieras
Quién fuera entonces solo un animal que nace, crece y crece
Ese no sabe de ambrosías, ni caricias, mucho menos de juguetes
No sabe de palabras colmadas de ternura, no necesita un ¡Te amo!
Ni del calor de unos fuertes brazos, ni de la cobija que envuelve
Ni de casonas bonitas, ni de panes dulces o chocolate caliente.
II
La Muerte: Ráfagas De Sufrimientos
Si tan solo pudiera el veneno aliviar el intenso dolor del alma
Si el espanto fuese capaz de ahuyentar los pensamientos
Si la muerte alcanzará esta noche ser la fortuna esperada
Si las tristes miradas en tropeles todas fuesen congeladas
Quizás, solo quizás Los espejos dejarían de reflejar mi imagen
Si tan solo el cuerpo pudiera caer de golpe en el profundo abismo
Si las enfermedades se comieran el tuétano de los huesos
Si tan solo por un segundo, las endiabladas esferas pudieran detenerse
Si las desgraciadas penas no fueran, terriblemente ácidas
Quizás, solo quizás El alma no recibiría el castigo de la angustia
Si tan solo pudiera detener el ingrato tiempo entre las manos
Si las olas furiosas no tuvieran esa fuerza descomunalmente vigorosa
Si la vanidad no fuera parte de la insensata y humana razón
Si las ráfagas de miles de sufrimientos no produjeran este frío que quiebra
Quizás, solo quizás Allí mí dorada alma se liberaría complacida
Para alcanzar su ansiada
¡LIBERTAD!
III
La vida: Bailemos
Diosa blanca enciende los cantos antes que la noche acabe
Danza sobre los lienzos, agítate rítmicamente a los vientos
Se la invitación de Eros, vístete de tules, cúbrete de estrellas
Perfúmate de incienso de sándalo, canela y dulces almendros
Píntate en los ojos dos grandes luceros, tan azules como el cielo
Esculpe en tu rostro con perlas de nácar la más dulce sonrisa
Bórdate en los labios de rojos rubíes besos ardientes e inmortales
Suéltate los dorados rizos, téjelos de pasionarias y fragantes amapolas
Diosa de pasiones que enceguecen luce tus mejores galas
Se huracán, tempestad y tormenta pero también sé siempre humana
Desborda la copa de plata, rebásala con tu tibia y fiera sangre
Levántala muy alto y brinda por ellos, anuncia por fin el primer baile
JEM WONG
31.12.05

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